miércoles, 15 de junio de 2011


Ayer, 15/6, fue el cumpleaños de mi hermana M. Y eso me hace pensar sobre lo espectacular que es tenerlas, a ella y a C, mi hermana más chica. Cuando vivíamos juntas las cosas eran más complicadas, porque yo era más complicada. Pero J, y especialmente G, vinieron a esparcir sus vibras de paz y amor entre nosotras, y ahora sé que cuento incondicionalmente con ellas. Mentira. Eso ya lo sabía. Lo único que espero es que ahora, de a poco, se den cuenta de que ellas también cuentan incondicionalmente conmigo.
Ser una hermana mayor no es fácil. Que dos personas te admiren gratuitamente, que quieran ser como vos cuando vos no sabés ni quién carajo sos, ni te gusta lo que ves en el espejo, ni lo que conocés de vos misma, te hincha las pelotas. Que se copian, que se meten, que te joden. Ahora lo entiendo como actos de amor o admiración. Ahora, a mis casi 27, cuando ya no vivimos juntas y ellas ya no quieren ser como yo.
Pero más allá de eso, de los miles de desaires y guachadas que me han perdonado durante todos estos años, me doy cuenta de que siguen siendo las mujeres que más cerca tengo en la vida. Ojo, mi mamá también puede llegar a entrar en este grupo, pero hay algo entre las hermanas, un algo invisible, indestructible e innegable, algo que no te podés sacar de encima ni aunque quisieras. No es sólo el parecido físico, que mucha gente nota aunque nosotras no tanto, no es un timbre de voz similar que hace que nuestra abuela nos diga feliz cumpleaños a las 3 en la misma llamada. Es otra cosa, más sutil, más omnipresente.
Es el pasado en común, los recuerdos, la rutina de nuestra casa que sólo nosotras conocemos. Los padres, los tíos, los abuelos. Los rituales. Los chistes que pierden toda gracia cuando se sale de las 4 paredes de la cocina de la casa de mamá (¿o acaso alguien se reiría si yo digo "Mirá a Miranda!"?). Los temas con los que se puede joder. Los que nunca, jamás pueden ser tocados. El repertorio de ex-novios y ex-amigos. Las peleas eternas, que ni viviendo en otro continente podrían cortarse. Los días memorables de cada una, en los que las otras casi indefectiblemente están, aunque sea mirando de lejos. Las cosas que no le perdonarías a nadie que no fuera tu hermana. La ropa. Las computadoras. Los turnos para usar ambas cosas. Las noches enteras charlando, chateando, fumando, contándonos cosas sin miedo a ser juzgadas. Los secretos bochornosos. Tantas cosas.

Yo hoy sé a ciencia cierta, que NADIE me entiende más que mis hermanas. No sé si estaremos especialmente mimetizadas o será algo común entre mujeres de la misma familia, pero no me quedan dudas de que es así. Miramos las mismas series, conocemos a casi la misma gente (y a la que no conocés, es casi como si lo hicieras, después de escucharlas hablar tantas veces de las mismas personas!), escuchamos la misma música, básicamente porque nos vamos 'robando' los nuevos hallazgos de cada una, frecuentamos los mismos lugares, vimos casi las mismas películas, queremos incondicionalmente al mismo bebé, tenemos el mismo súper héroe paterno y refugio materno. Somos casi que una dividida en tres.

Lástima que por ser yo la mayor, siempre voy a ser la preferida de todos. Y bueno chicas, some you win, some you don't. Pero nunca duden cuánto son para mí.

4 comentarios:

  1. jajaja me alegro que tengas esa relación con tus hermanas! me hiciste acordar mucho a cuando llegó mi sobrino porque tengo hermano no hermana....y de todos modos cuando C llegó a nuestras vidas nos mimetizamos tanto! es tan lindo contar con él siempre siempre...

    Un besito...

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  2. jajaja tal cual!
    Me encantò sobre todo el ùltimo pàrrafo! Es asì, las primeras hijas somos las preferidas!!! jajaja
    Y no se lo digas a tu segundo hij@!!!

    Feliz cumple a sister M.

    Besos

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  3. Coincido en que el pasado en común con las hermanas une mucho, y más cuando dejás de vivir en la misma casa!!! Cómo mejoran las relaciones fraternas!
    Se ve que los segundones no tenemos remedio ni consuelo, snifffff

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  4. Mili, viste, los sobrinos hacen MARAVILLAS!

    Mai, te juro que me preocupa qué va a pasar cuando llegue otro... Escuché algo como "tu amor no se va a dividir, se va a multiplicar!" esperemos que así sea, si no, pobre el 2do!

    Lola, no vivir en la misma casa hace que yo ni me entere de veinte mil cosas que me haría putearlas! Ellas están mucho mejor sin mí, de eso no hay dudas! Y no te sientas mal, no es tu culpa nunca poder llegar a ser la preferida en tu familia! jaja!

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