miércoles, 8 de junio de 2011

Otros tiempos

Ya traté de hablar sobre las ventajas de la maternidad 'joven'. Hoy les quiero contar qué me falta: alguien en mi situación. Ya dije que me encantó que G fuera el primer bebé dentro de mi grupo de amigas, porque mueren por verlo y les gusta pasarse largos ratos jugando con él. Sin ir más lejos, hoy pude llamar a una amiga para que viniera a entretenerlo mientras yo me bañaba, después del gimnasio. Y vino contenta, y le gustó jugar un rato con él, y después se fue.

Todo esto es genial, sí. Pero me pasa que cuando hablo con ellas, aunque sé -o creo!- que no las .aburro, siento que estoy haciendo un monólogo, que las relego a la posición de "mirá vos!", porque no tienen suficiente información como para retrucarme si está bien haber alterado el orden en la rutina nocturna de G. Obvio que me pueden contestar desde el sentido común, pero a veces ni hace falta, ¿para qué interrumpir mi monólogo?

Además, admito que hay veces que, a través de ellas, recuerdo cómo era mi vida antes de G, y, aunque no cambiaría nada de lo que me pasó desde el día que me enteré que estaba embarazada, un poco la extraño. Me acuerdo de un día, cuando yo estaría de 5 o 6 meses, en que vino mi primo a visitarnos con su mujer y su hijita de 2 meses. Cuando ya se estaban yendo -o sea, habían empezado a abrigar a la bebé, guardar todas sus cosas, guardar el carrito, preparar el huevito, etc etc-, J y yo recibimos un llamado de unos amigos invitándonos a comer, un plan que empezaba 20 minutos más tarde. "¿Vamos?" "¡Dale, vamos!" Y ese fue el fin de la deliberación. Mi primo nos miró, maravillado, y nos dijo "Aprovechen ahora, son los últimos meses que tienen para agarrar la cartera y salir". "Pfff qué mala onda, exagerado!" recuerdo haber pensado, en mi tierna ingenuidad idealista de embarazada primeriza. "¿Cuán grave puede ser?".

Y es, che. Ahora con la rutina estricta de G, hace falta que me den un MUY buen motivo para no tenerlo en la cama antes de las 20:30. De cumpleaños de familiares cercanos para arriba, quiero decir. Se sale los fines de semana, siempre y cuando haya alguien disponible para quedarse con G mientras tanto. Esto, por lógica, debe planearse milimétricamente y con bastante anticipación. A esos llamados espontáneos, que nos siguen llegando cada tanto, les tenemos que decir que no. A veces nos pesa más, después de algún día particularmente difícil con G o cuando realmente tendríamos ganas de salir, y hay días en que, para ser honestos, nos viene bastante bien la excusa de que G ya está en la cuna.

No culpo a mis amigas, por supuesto que no. No la tomo contra ellas ni creo que me lo estén haciendo a propósito. Ellas siguen haciendo las cosas que hacíamos, las mismas que yo seguramente estaría haciendo también de no haber existido este pequeñísimo cambio en mi vida. Lo único que les pedí, que les pido, es que ellas tampoco lo tomen como algo personal, que no crean que me corté o es por fiaca o falta de interés. Que tenemos otros tiempos, que estamos atravesando diferentes momentos de nuestras vidas, y que siempre queda la tarde para juntarse a tomar el té, o el 2do fin de semana de agosto, que por el momento lo tengo libre.

5 comentarios:

  1. Es super normal sentir eso, a todas nos pasa!
    Aunque tengas mil amigas en la misma tampoco es fácil hacer vida social, y los comentarios en general, aunque sean con la mejor onda suelen ser persecuta: si estás preocupada porque tu bebé no se sentó no es muy alentador que tu amiga que tiene un bebé un mes menor te cuente que el de ella lo hace desde hace dos meses.
    A veces para sacarse dudas y compartir con otras mamas de bebes de edades similares al del nuestro están buenos los foros.
    Lo demás, lo que se resigna, es como con todo, uno extraña la facultad pero no los examenes y siempre es mejor estar co el título en la mano, cuando tenés trabajo extrañás el tiempo libre que tenías cuando no y la alegría que te podía producir comprar cualquier baratija, y así con todo. Lo importante es saber que elegimos el mejor camino y lo demás son pequeñas cosas que se resignan.
    Me alegro que el "duermete G." siga funcionando!

    Besos

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  2. Para mí es re normal y comprensible que una amiga que es mamá tenga ese tipo de cambios. No tenés q preocuparte tanto! Yo no tengo bebé y sí amigas con bebés y entiendo perfectamente todas esas cosas. Eso sí....cuando estamos juntas con los pekeños en la cama nos exprimimos y aprovechamos a hablar de todo! incluso de su maternidad...a mí me encanta escucharla...

    Un besito

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  3. Lola, me hiciste pensar en eso de las comparaciones entre bebés de amigas, y tenés razón! Yo me alejé de mi única amiga embarazada antes de que naciera su baby, horrible! Pero al menos nos ahorramos estas cuestiones... No me gustó eso de que "siga funcionando" lo del sueño... ¿Vos decís que puede fallar??? Ojito ehh? Jajaja

    Mili, Qué bueno que me cuentes el otro punto de vista... Yo creo que a mis amigas les pasa como a vos: no les molesta G, ni que les hable de él, pero tener tiempo entre grandes a solas está buenísimo también!!

    Besos

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  4. Uh, qué besho era salir en cinco minutos. Ahora o me decís lo que vamos a hacer con una semanita de anticipación (con horarios y todo) o te hago un piquete en la puerta.

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  5. Mate, nos vemos el mes que viene, para una salida casual y espontánea! Anotátelo en tu agenda y en la de Poroto!

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