El unitema

Lo lamento por ustedes, chicas, pero este blog se ha vuelto bastante monotemático.

Es decir, podría contarles que extraño las listas mensuales, que siento que la casa se me está yendo un poco de control, que la dieta es algo que recuerdo con cariño pero que no puedo ni comenzar a abarcar, o que estoy muy entusiasmada acompañando a Javi en su proyecto de hacer la tesis que lo llevará a -finalmente!- recibirse. Pero elijo no hacerlo, fíjense, porque ninguna de esas cosas ocupan el centro de mi vida en este momento. Hacia ninguna de ellas se me va la mente cuando no estoy pensando en nada.

Hoy, mi vida es mi trabajo, porque me saca 'tantas' horas de mi casa, y mi familia. Y si bien mi trabajo me encanta, me llena de satisfacciones, me sigue presentando desafíos diarios que enfrento con mucha alegría, no es lo que me maravilla constantemente.

De un tiempo a esta parte, todo en mí cambió. Me doy cuenta de que por primera vez en mucho tiempo, cambié la imagen que tenía de mí misma. Es la 5ta vez que me pasa, y es definitivamente la mejor. Verán, yo pasé de verme como 'niña prodigio' a adolescente conflictuada, de allí a fracasada en la vida por una relación amorosa nefasta, después me empecé a ver como joven feliz, un poco más acá como housewife -bueh, salvando las enormes distancias-, y ahora, alas! como mamá de familia. Sí, ya sé que esto debería haberme pasado hace 18 meses, pero cada uno a su tiempo.

Antes me seguía viendo como la joven feliz que se había ido a vivir con su novio y había decidido tener un hijo, pero nunca me había podido hacer cargo como hasta ahora de mi rol de mamá. Pueden reírse si quieren, pero creo que el jardín del gordo me ayudó mucho. Verán, siempre fui una fanática de los cuadernos de comunicados, propios y ajenos (I know!), y ahora, de repente, me toca firmar uno de esos diariamente; veo las notas que empiezan "Queridos Papis", y, créase o no, ¡me hablan a mí!

Por supuesto que algo tan profundo como lo que les estoy contando no puede pasar sólo por ahí, pero al menos ese puntapié inicial me ayudó a pensar en todo esto.

Nos veo con Javi, cada día más seguros con respecto a Geno, cada día más felices y agradecidos de poder pasar tiempo con él, de verlo crecer y cambiar a ritmos ridículamente rápidos. Noto que nuestras conversaciones siempre incluyen al menos una referencia a algo que hace o dice Genaro, independientemente de qué estemos hablando.

Ya logré resignar mi rol de soltera. No sufro en lo absoluto si no salgo ni un día en toda la semana. Es más, lo agradezco, porque implica que puedo establecer mi rutina y pasar tiempo en mi casa, cosa que me encanta. Es verdad que mis amigas también están maduras y señoras y no hay demasiados planes que ellas hagan y yo me muera por compartir, pero sinceramente creo que incluso si los hubiera, yo no tendría problema en quedarme afuera.

No es fácil esto de hacerse cargo de los nuevos roles. Me imagino a las chicas que quedan embarazadas sin buscarlo, apenas después de terminar el colegio -¡o antes!- y sufro por ellas. Si a mí, que lo busqué, que lo pensé, que insistí con el tema, me tomó tan por sorpresa en tantas cosas, ni me quiero imaginar lo que será en esos casos.

Pero bueno, cada uno con su rollo. El mío, ahora, pasa por seguir alimentando a esta familia. No literalmente, of course, ya que en ese tema andamos bastaaaante mal, pero nutrirla, no sé si me explico. Seguir teniendo esas sesiones de juego de a 3 larguísimas, donde Genaro propone y dispone y nos mandonea de lo lindo, porque después de todo, él es el experto en juego. Seguir pasando juntos los fines de semana en que Boca no se interponga, y sobre todo, seguir con esta increíble racha de no-peleas, no-discusiones, no-conflictos con Javi.

Sí, chicas, quédense tranquilas que le rompo las pelotas como corresponde, pero hace mucho tiempo que no nos peleamos posta, con sentimientos y rencores. Será que no hay despedidas de soltero en puerta, o será que estamos grandes. O que cada vez que estamos por empezar a pelear, nos acordamos de lo divertido que fue construir la torre de cubos número mil, justo esta tarde.