martes, 30 de noviembre de 2010

G, además de en madre, me convirtió en compositora.
Cuando estaba en la panza me costaba hablarle, me sentía rara/boluda como las pocas veces que me sorprendí hablándole a un perro o gato (qué horrible comparación!)
Ni bien nació, un poco me seguía costando, sobre todo cuando estábamos solos, pero resulta que un buen día, a los poquísimos de conocerlo, me di cuenta de que mi voz tenía un cierto efecto en él. Entonces de ahí pasamos, sin escalas, de la vergüenza/incomodidad, a convertirme en una monologuista, que habla habla habla todo el tiempo incluso cuando el chico no le importa en lo más mínimo qué hacen las modelos de America's Next Top Model que seguimos todos los mediodías.
Además, como decía, me volví compositora improvisada. Cada cambio de pañal da lugar algún nuevo hit, que por supuesto es olvidado minutos después y por eso es reemplazado en la siguiente sesión. Canciones sobre lo lindo que es o cuánto lo queremos sobreabundan, pero incluso hemos incursionado en temas más candentes como "en un rato va a llegar tu papá y todo va a estar mejor porque te va a tener en brazos y yo voy a poder bañarme" o "este bebito lindo se quiere dormir para dejar a mamá hacer la comida porque se muere de hambre", ponele. Me sorprende mi capacidad para cantar boludeces on the go y, sobre todo, mi facilidad para hacer que rime!
Algún día me grabaré y saldrá el "Grandes Éxitos para G"

2 comentarios:

  1. No puedo poner más que un "jajajaja" porque de verdad me sacaste una linda carcajada. Gracias.

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