Así estoy llamándolos estos días (sí chicos, yo parafraseo a Belén Francese, qué quieren que les diga?)
Me refiero a esos momentos, cada vez más frecuentes, en que miro a G y me quedo extasiada, maravillada, enamorada, incrédula ante la evidencia incuestionable de que este niño es mío -nuestro-, que yo -nosotros- lo hicimos, que será irremediablemente parte de mí para siempre, y que hace mi vida mejor con cada sonrisa.
No vivo en ese estado, lo admito. Pero estos Momentos de Amor Total hacen que todos los otros valgan la espera.
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