miércoles, 2 de febrero de 2011

La plata, el dinero, el show me the money, siempre fue un tema para mí. Supongo que tendrá sus orígenes en esta cuestión de ser la becada en colegio bilingüe, en la obviedad de que todos sabían de mi situación económica y yo sabía de la de todos. Entonces listo, la plata se convirtió en un tema tabú autoimpuesto, igual que el peso, y a otra cosa.

Esto se arrastró, años después, a mi vida laboral. Eso de pelear un sueldo, negociar o pedir un aumento, venderme de alguna manera a mi empleador de turno, nunca me fue fácil. Y no porque sienta que no lo merezco, porque siempre trato de dar lo mejor en cada trabajo, pero... no sé. No sé qué decir, le tengo pánico al no, siempre estoy tratando de prever qué van a pensar de mí si pidiera esto o pretendiera lo otro.

Pero, (porque siempre hay un pero), ahora las cosas cambiaron. Con la llegada de G, no había manera de que pudiera mantener los 2 colegios. Bah, manera había, pero iba a ser bastante más complicada la cosa. Ya retomaremos el tema el año que viene. Decía, entonces, que había que elegir. El colegio al que voy a la mañana era la mejor opción por varios motivos, principalmente por el horario (vuelvo a las 12 y me queda el resto del día para estar con G, lo cual es el objetivo final de todo esto) y porque es el lugar donde más cómoda me siento, con respecto a mis compañeras.

Entonces, tuve que ir, un poco contra mi voluntad, y un mucho a favor de mi economía familiar, a hablar del tema sueldo, porque la verdad es que todo muy lindo, pero ganaba varios cientos menos que en el otro cole!
En síntesis, las cosas salieron bien, obtuve un aumento más que sustancial, me trataron siempre bien y todos contentos. Mi reflexión pasa en realidad otra vez por G. Este bebé me está haciendo hacer cosas que me dan miedo, teniendo siempre su bienestar en mente, y es sinceramente algo que le agradezco. No sólo por la plata extra que va a empezar a entrar a casa, que nos es tan necesaria en este nuevo panorama, pero principalmente por la oportunidad/obligación de ir más allá, enfrentar mis limitaciones y convertirme en una mujer cada vez mejor plantada, más segura y más convencida de que todo lo que hago está bien, siempre que sean por y para él.

1 comentario:

  1. Aún no soy madre pero estoy segurisima de que los hijos iluminan nuestras partes más oscuras, nos hacen enfrentar a todo lo que antes no nos animabamos.
    Es así, por ellos podemos TODO.
    Me alegro que te hayas animado y que resultó tan bien, evidentemente sos muy valiosa en lo que hacés!
    Besos y espero que sigamos en contacto, me estoy leyendo TODO tu blog con esto del reposo jaja

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