miércoles, 16 de marzo de 2011

Aunque es cierto que durante las levantadas nocturnas anhelo los tiempos pasados y pienso con cierta mucha envidia en esas suertudas que duermen toda la noche, también sé que puedo mirar algunos escalones más abajo, y sentirme más que afortunada.

Pienso, por ejemplo, en esta pobre chica y en lo mal que la debe estar pasando, pienso en cómo sería convivir con un bebé que llora y llora incansablemente y a todo volumen, con un bebé que no acepta estar con nadie más que con su mamá, al que nada parece entretenerlo durante más de 5 minutos. También en esas que no tienen un co-equiper, las que, por los motivos que fuera, son o devinieron madres solteras. Y ni hablar, NI HABLAR, de las mamás que lidian con enfermedades de los chicos. Para eso sí que no hay palabras.

Sé que dentro de este universo paralelo que es la maternidad, me tocaron los 2 anchos y el 7 de espadas: J, la salud del bebé, y su personalidad sociable y alegre. De a poco los 3 nos vamos animando a aventurarnos hacia el mundo; salimos, conocemos lugares nuevos, o revisitamos lugares que parecen tan distintos a lo que eran cuando éramos 2. Por ejemplo, ahora valoro y entiendo lo imprescindibles que son los ascensores en los shoppings. Claro, antes con las escaleras mecánicas bastaba y sobraba para las vagas como yo, pero ahora sin ascensor no funciono! Me impresiona cómo se puede ser tan ciego e insensible a las necesidades de los otros. Ahora me siento parte de una hermandad, la comunidad de los que andamos con cochecitos por la vida, ahora elijo las calles según el criterio de cuáles tienen las veredas menos averiadas y rampa en la esquina, y ya no basándome en cuáles ofrecen las mejores vidrieras.

Esta semana fuimos a un shopping el lunes, a caminar por el pueblo ayer, y hoy al súper, los 3. G se sentó en esos changuitos que tienen como un bebesit incorporado, y se portó espectacularmente bien. Es un alivio saber que podemos seguir haciendo estas cosas mínimas pero indispensables con él; el ir al supermercado juntos es una de esas pavadas que J y yo siempre disfrutamos hacer, y estoy segura que a otras mamás, como MODG (la del blog), este es el tipo de cosas tan 'anhelable' como para mí sería el dormir de 11 a 7.


1 comentario:

  1. Ann, qué lindo cuando los niños son sociables y se portan bien.

    Vos no dormís por el tuyo y yo no duermo por el de mi vecina! Llora a cualquier hora, grita, se enoja... Estamos todos igual!!! :D

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