martes, 10 de mayo de 2011

La inundación diaria

Cuando G era un recién nacido, una de las cosas que más me mortificaba era su baño. Sí o sí lo teníamos que hacer J y yo juntos, porque si no era muy probable que algo terrible sucediera… Desde siempre, lo hacemos en la cocina, poniendo la bañadera sobre la mesada. J le sostenía el cuello, y él quedaba como acostado en el agua mientras yo lo bañaba.  El tema del trabajo en equipo hacía que muchas veces el baño fuera salteado, porque J tiene horarios bastante impredecibles, y porque además en esos primeros meses salíamos bastante; la hora del baño/comida rara vez nos encontraba en casa, y con el trastorno que me representaba, la conclusión la mayoría de la veces resultaba ser “Ya fue, lo bañamos mañana”.
Pasó el tiempo, y dos factores importantísimos hicieron que esta situación cambie. Por un lado, empecé a sentir la necesidad real y concreta de tener una rutina pautada y determinada, -léase: volví a trabajar y me moría de sueño-, y por otro, G aprendió a sentarse solo, por lo que no era tan complicado maniobrarlo en el agua. Decidida, me lancé a la aventura de bañarlo sola, todas las noches de su vida, alrededor de las 8pm, cuando J está trabajando.
Al principio era lindo: un momento nuestro, relajado, donde G jugaba con sus juguetitos de agua mientras yo lo enjabonaba, enjuagaba, bueno, ya saben cómo es. Pero el tiempo siguió pasando, y el niño descubrió el placer mayor del tema acuático: el chapoteo frenético. Que al principio causaba gracia, -¡qué ternura! ¡Mi bebé aprendió a chapotear!-, que J alentaba cuando estaba cerca, que no jodía a nadie.
Hoy en día, la situación pasó de castaño a oscuro (¡qué frase moderna!). Alrededor de 4 segundos después de entrar en el agua, G ya está completamente aclimatado y empieza el show de todas las tardes. El objetivo, parece, es lograr vaciar la bañadera con sus propias manos antes de que yo termine el proceso.
Estos días fríos están diviiiinos para terminar empapada del cuello para abajo, y ¿qué experiencia más gratificante y relajante que secar el piso de la cocina todas las noches?
Este es otro gran ejemplo del tipo de Posts “Me quejo de llena”, porque miren a qué pavada le llamo problema, pero ¿todos los bebés pasan por esta fase? ¿Es completamente naif de mi parte llamarlo fase? ¿Será que ya lo tengo que pasar a la bañadera nuestra? Es que ya no estoy para los trotes de estar agachada tanto tiempo…

Extra! Extra! ¿Vieron que les dije que me quejo de llena? Escribí este post ayer a la tarde, y ¿adivinen lo que pasó a la noche? ¿No se les ocurre? Bueno, imaginen un bebé que todavía no tiene claro qué es pañal y qué es agua… ¿ya se van haciendo la idea? Ahora imaginen un bebé bañándose en agua donde flotan, además de sus juguetitos, algunas otras cosas que él mismo aportó… Ni loca soy más gráfica, ya bastante asquito me da recordarlo… Así que G, seguí mojándome tranquilo, ¡pero no repitamos la experiencia de anoche!

4 comentarios:

  1. Cómo me hiciste reír con el final! Inesperado total!

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  2. Por lo menos a MC también le pasó lo de chapotear, y tal cual decís, un día es simpático, pero digamos una vez por semana, como mucho.
    Cuando definitivamente no estás de humor (para secar el piso y tampoco para agacharte, ya vas a tener años de eso) una forma de resolverlo (al menos la nuestra) fue bañarla en una pileta: cocina, lavadero, baño, la que más te guste (y donde no haga frío, claro), pero donde el agua corre y no se junta y si chapotea no tiene demasiada agua con la que salpicar (la pileta la lavás bien antes y después y listo)
    El tema de anoche... algunos dicen que del agua calentita se les "afloja" un poquito el intestino. No sé, lo había escuchado y siempre me dio que pensar en el tema de matronatación. Ellos dicen que el bebé tiene un mecanismo por el cual cuando está en el agua no hace el número dos. Andá a contarles a los de matronatación y después nos reimos juntas. Por algo no la llevé y no me arrepiento para nada.

    Besos!

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  3. ja!!!! te cuento, un dia mis tres hijos se estaban bañando juntos en mi bañadera enorme... eran chiquitos.,.. y uno de ellos hizo lo que hizo G!!!! si vieras la cara de los otros dos... todavia me acuerdo y me rio!!!!

    un beso, voy a venir con mas tiempo a leer tu blog!

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  4. Lola, buena idea lo de la pileta! La tengo que aplicar YA porque en 15 días más no entra más en la mini pileta que tengo en la cocina! No había siquiera pensado en lo de la matronatación! Si necesitás que dé testimonio frente a alguien, llamame!

    Ana, qué historia! Y qué desesperación por salvar la situación, me imagino... Gracias por pasar!

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