domingo, 22 de mayo de 2011

Mañanas de domingo VI + Un racconto de fin de semana

Después de bastante trabajo el sábado (ya les cuento), hoy a la mañana nos levantamos decididos a hacer lo que no pudimos el domingo pasado: ir a Havanna! Me concentré mucho y esta vez lo logré:


Frappé de frutos rojos + alfajor de chocolate para mí, submarino + alfajor de nuez para J. 

Yo quería una porción de torta, pero en este local no hacen, ¡qué suerte la mía! J es consistente, ¿vieron? Cada vez que hay disponible, elige submarino. Mi frappé estaba bueno, pero me pareció un poco ácido por ser de varios frutos rojos. Le agregué azúcar, whatever. Sigo prefiriendo el de McCafé, que es de frutilla y banana. G también es muy coherente en sus decisiones: todas las mañanas de su vida desayuna lo mismo, y es feliz.


Mamadera de Vital 2 para G.

Una vez más, G se portó espectacularmente, estuvo jugando un poquito hasta que nos trajeron el desayuno a nosotros, ahí le dimos sus mamadera para que nos dejara comer tranquilos. Se la terminó, se levantó, tomó un poquito de mi frappé, y se puso a observar el mundo. En la mesa de al lado había una nenita unos meses más grandes que G. Sus papás no podían quedarse sentados, la tuvieron que correr por todo el lugar todo el tiempo. Nos vieron mirándolos compadecidos, y nos devolvieron una sentencia terrible: "Prepárense. Disfruten sus desayunos mientras puedan". Ok, lo haremos. Deséennos suerte.

Además, tengo ganas de contarles que me voy a dormir feliz hoy, después de haber hecho muchas cosas en la casa. Además de lavar y  planchar ropa de G, limpiar la heladera, ir a 2 cumples, juntarme con mis compañeras de la facultad a ponernos al día, y hacer las 20.000 cosas que hace cualquier mamá atrás de su niño todo el día, todos los días, convencí a J y empezamos con la limpieza del garage.
Una frase que resume toda la experiencia fue: "Si alguien me hubiese dicho hace unos años que limpiar cualquier cosa me iba a ser tan feliz, nunca le hubiese creído". Pero pasó. Limpié a fondo el termotanque, el lavarropas, la pileta (es garage/lavadero/depósito). Ya mostraré fotos de antes y después. El después les va a parecer de lo más común y lógico, pero prepárense a espantarse y tener pesadillas con el antes.
Me costó conseguir la mano de obra (J), así que espero que en algún momento de esta semana (¿el miércoles, que es feriado?) me dé bola de nuevo para seguir. 


3 comentarios:

  1. Qué macanudos esos padres che, tal vez tenés suerte y G se queda tranquilito siempre! Tal vez se hace la costumbre de los desayunos familiares no? Y dicho sea de paso, qué tentadores los 2, el frappe y el submarino, no sé con cuál quedarme!

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que las madres son superpoderosas! Lo podés todo, nena! Bueno, pero tu hijo tiene un carácter que ayuda!

    ResponderEliminar
  3. Qué lindo sería que G se adaptara fácilmente a la rutina de sentarse a la mesa cuando estamos todos... qué poco probable me suena!

    Alicia, sí, G es un genio, y yo... en un mismo día me puedo creer la mejor, la más multitasking del mundo, y a los 5 minutos preguntarme por qué me habré embarcado en esta locura cuando claramente no estoy preparada para ninguno de estos desafíos! Todos son momentos, pero de los malos generalmente se bloggea menos! :)

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.