Postales vacacionales

Ufff, volvimos. Después de 15 días, muchíiisimos kms de auto, algunas ciudades visitadas, y recuerdos varios. Este año, por Geno, decidimos viajar de noche, y fue una de las mejores ideas que tuve en mucho tiempo. El viaje de ida, Pilar - Punta Alta, le pasó totalmente desapercibido; durmió todo el tiempo en su butaca, a pesar de que lo despertamos en el medio para comer. Allá fuimos a visitar a mis abuelos, que lo habían visto sólo 3 veces, así que, como imaginarán, estaban desesperados por pasar "quality time" con su bisnieto.

No vimos demasiados cambios en Punta Alta -tengan en cuenta que voy tooodos los años-, pero este calendario de la plaza me encantó, y a mi modelo favorito también.

Allá tienen dos playas; una pública y una privada, que es parte de la Base Naval y sólo abren en verano. Esa es la que más nos gusta, porque generalmente hay muy poca gente. Además, en Punta Alta casi no hay olas, y estas dos características hicieron que Geno pudiera explorar a sus anchas el mundo que lo rodeaba, dejándonos en la orilla mientras enfilaba para el mar. ¿No me creen?

También jugamos a disfrazarlo de tarjetero de boliche, which is always fun.

Hubo bastante chillaxin' en la playa, mamadera incluída...

Otro día quisimos ver la puesta del sol sobre el mar, algo que tengo entendido que no pasa en otras costas argentinas. Cargamos heladerita con cerveza para J y granadina para mí, y allá partimos...

Veníamos bien con la documentación fotográfica del fenómeno...

...hasta que nos pusimos a boludear con la cámara.

J me insistió infinitamente, hasta que logró arrastrarnos a visitar la iglesia donde 28 años atrás se habían casado mis papás...

Una tarde nos movilizamos hasta Bahía Blanca para que yo pudiera tachar un item de mi lista de enero, al conocer Blondie's.

Para Genaro hubo un ratito de esto...

...y mucho de esto!

Qué temón el de la socialización espontánea con desconocidos, eh? Da para largo, en otro post...

Genaro está comenzando a desplegar sus innatas habilidades artísticas, como la danza wachiturra (not even kidding)

Y se está encargando de hacernos saber que nuestros días de salir a comer tranquilamente quedaron atrás, al menos por un buen tiempo. Resulta que fuimos a una pizzería. Los primeros 10 minutos transcurrieron impecablemente:

Pero después de reírse de nuestra ingenuidad, nos contó cómo son las cosas realmente:

Y sí, gente. Los niños de añoypico no están dispuestos a quedarse sentados a la mesa, pero sí encantados de explorar veredas aledañas!

Siguiendo nuestro itinerario, les cuento que de Punta Alta partimos hacia Villa Gesell, para pasar 3 días con los papás de Javi, su hermana mayor, y un surtido de sobrinas.

Ahí -en la Feria de las Colectividades- probó la cerveza verde, que claramente contenía un chorro de licor de menta y me pareció francamente espantosa:

Genaro jugó mucho con sus primos, tanto revolcándose en la arena con las mayores...

...como robándole el Nesquik a los más chicos!

Yo, por mi parte, me metí de lleno en el mundo adolescente, y le pedí a una sobrina que me haga esta maravilla del arte uñístico: craquelado!

Además, cuando hubo que dividirse para elegir propuesta para la cena, sin dudarlo me fui con las chicas a comer a Mc Donald's, y después a pasear por la peatonal. Esta es mi sobrina mayor, Juli, que a veces me lee y que es una genia:

(Le llevo 4 años)

Finalmente, emprendimos el regreso a Pilar, para que la abuela de Genaro no muera de tristeza y desolación. Y como verán, arrancó este 2012 poniéndose bien estricta y demostrándole a su nieto quién manda en su casa:

Me gustaron las vacaciones, pero también, ¡Qué lindo que es volver!