lunes, 16 de mayo de 2011

Anótenle otro punto al Dr Estivill de mi parte

¿Saben de quién estoy hablando? El tal Dr Estivill es una especie de monstruo desalmado para algunos, y un gurú salvador para otros. Yo era del primer grupo, pero ahora tengo que admitir que estoy instaladísima en el segundo.
Escribió un libro llamado "Duérmete, niño", y ahora seguramente ya lo irán ubicando más. Supongo que es la versión hispana del Dr Ferber? Algo así.
La cuestión es que de bebés, antes de nacer G, yo no sabía NADA. Sabía que lloraban, que había que cambiarles los pañales, que tomaban la teta, que dormían poco y entrecortado. Pero no me había puesto a pensar en todas esas cosas en primera persona, como ser humano a cargo del mini ser humano. Resulta que un día me lo dieron en el hospital, envuelto para regalo, me desearon una feliz vida, y acá vinimos. Yo, desesperada, hice lo único que sabía hacer: blogueé. Y encontré muchos blogs de mamás, la mayoría, al principio, españoles. Eso no me duró mucho, porque hay algo sobre leer palabras y conjugaciones que te son ajenas, que cansa rápido. Pero más allá de eso, lo que descubrí con esos primeros mommy blogs es que a los bebés hay que darles la teta, mucho, todo el tiempo, durante todo el tiempo posible; que está perfecto dormir con ellos hasta que cumplan 16 años y vengan con la novia a tu cama, y que nunca, jamás, never ever se te puede ocurrir la monstruosa idea de dejarlo llorar. Ok, perfecto. Mi pequeño cerebro de primeriza absorbía toda esta información como una esponja.
Pero hete aquí que, como ya conté, lo de la teta no funcionó más allá del 2do mes de G. Chau teta, y yo feliz, pero no podía seguir leyendo esos blogs militantes de la teta, porque me reforzaban la idea de lo mala madre y desapegada que estaba siendo.
Como dicen, 'ojos que no ven, corazón que no siente'. Al dejar de leer, me empecé a relajar y dejé de sufrir por mi fracaso y empecé a disfrutar de las ventajas de la mamadera.

Pasaron un par de meses más, todo iba más o menos bien, hasta que empecé a leer en páginas como BabyCenter o BabiesOnline que los bebés de la edad de G ya podían dormir toda la noche. Come again? Toda la noche??? O sea vos me estás hablando de ese universo paralelo donde la gente se va a dormir cuando está la luna y no vuelve a abrir un ojo hasta que sale el sol?? Sí, por favor, dame 3 kilos de eso.
Me sentía estafada, ultrajada, embaucada por este bebé que a pura sonrisa diurna me estaba escondiendo información vital como su habilidad fisiológica para dormir toda la noche. Hacía 6 meses que ni siquiera me permitía fantasear con esa idea, por lejana y ridícula. Y en ese punto, encima, la cosa se puso peor.
G ya dormía en su cuna, levantándose 5 o 6 veces por noche, muchas a tomar un poco de mamadera (2 o 3 tragos, para enseguida quedarse dormido), y algunas para recibir una dosis extra de atención porque se ve que 16 hs seguidas no le alcanzaban. Pero, decía, todo empeoró. G llegaba a despertarse hasta 10 veces por noche (sacábamos las cuentas a la mañana, poniendo en común cuántas veces había ido cada uno) y para ponerle el moño a la situación, había aprendido el simpatiquísimo hábito de dormirse sólo en brazos y volver a llorar frente al más mínimo roce con su cuna. Un primor. La cosa ya no daba para más. La atmósfera nocturna en casa era tan tensa que con J ya ni nos hablábamos, porque todo lo que se dijera de madrugada podía ser usado en tu contra. 6 meses sin dormir, gente. No es justo, ni necesario.
Con este panorama, una noche le dije a J: "Bueno, mirá, es sencillo. O lo traemos de vuelta a la cama, y nos arriesgamos a no sacarlo nunca más... o lo dejamos llorar". Se lo dije y me cubrí con una almohada, esperando una reacción violenta causada por la barrabasada que acababa de decir. Pero no, ningún objeto contundente. J se quedó pensando, meditabundo, y sentenció: "Lo que a vos te parezca. Pero tenés razón, no estaría bueno volver a traerlo a la cama."
Ok, tenía vía libre para ese experimento al que llamé "Operación Sueño". Mentira, en ese momento no podía siquiera pensar en un nombre tan poco inventivo como ese. ¿Saben por qué? Porque con sueño no se piensa, vivís en piloto automático y rogás no matar a un alumno que llegó tarde porque la mamá se quedó dormida.
Fui y me compré el bendito libro. Tomé mis precauciones: me puse anteojos negros, peluca colorada y un sobretodo, no fuera a ser que alguien me viera cometiendo semejante acto impuro. La cosa es que logré salir de la librería sin una manifestación de madres con pancartas exigiendo que me tiraran a la hoguera, me leí el libro en una tarde (era urgente), y aplicamos el método.
A ver: yo me considero una mina fría, y con esto lo comprobé. No les voy a decir que me encantaba escuchar a mi bebé llorar como loco, pero tampoco me clavé cuchillos en los oídos para no escucharlo sufrir. Se esperaba que el chico llorase, y lloraba. Fin. Controlé los minutos y nunca me pasé, pero en ningún momento flaqueé. El primer día lloró 20 minutos, Y DURMIÓ 11 HORAS. El segundo día lloró 15 minutos, Y DURMIÓ 11 HORAS. Así fue bajando estrepitosamente la cantidad de minutos llorados, pero las 11 horas se mantienen, gracias a todos los Dioses grecorromanos, egipcios, a Gilda y al Gauchito Gil, porque creo que les recé a todos en profundo agradecimiento por el don del Sueño, recientemente redescubierto.
No fue sólo dejarlo llorar. Establecimos una rutina estricta: baño, cena, cuentito y a la cuna, siempre a la misma hora, por el mismo baticanal. Me puse las pilas y empecé a decir NO a invitaciones entre semana; si quieren vernos, vengan, porque los queremos mucho pero más nos gusta dormir toda la noche.
Cuando por algún motivo la rutina no se cumple, y lo acostamos más tarde de su horario habitual (entre las 8 y las 9), el truco no funciona tan bien. Se despierta un par de veces, nada grave, chupete y sigue durmiendo, pero ahí no vale quejarse porque los que rompimos el trato fuimos nosotros, él estaba dispuesto a hacer todo como siempre.
Hoy en día G no llora más, ni un poquito, cuando lo pongo en su cuna a la noche al lado de su amigo Pepito, un osito que le hizo su bisabuela, y que estoy presionando para que se convierta en su objeto transicional (¿funcionará?). Le doy un beso, lo acuesto, él encuentra  a Pepito, estira su manito para tocarlo, y se duerme. Parece magia negra, posta. Pero fue magia blanca, o así me hizo creer el Dr Estivill.
NO SE LO RECOMIENDO A NADIE, ojo, jamás le diría a alguien que lo intente, porque es como la droga. Ahora, si viene alguien con ganas de probar, vamos al callejón oscuro que está acá la vuelta, y antes de que venga la mami-policía, te explico cómo funciona y después me contás. La primera es gratis, la segunda vemos.
Y ahora me voy a dormir, o no. No sé, tengo toda la noche para pensarlo. Y ENCIMA, miren lo lindo que es cuando duerme (en este caso, la siesta):

7 comentarios:

  1. Felicitaciones!

    Pero entonces el "secreto" es dejarlo llorar nomás? Yo sabía de uno que lo vas dejando llorar un minuto más por noche hasta que se acostumbra.

    Lo que sea. Funcionó!

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  2. Nada màs lindo que volver a dormir una noche de corrido!
    Yo que no tengo el libro, el secreto entonces es: crear una rutina y dejarlo en la cuna cueste lo que cueste?

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  3. Ayyy lo que me espera!!! con lo que me gusta dormir, imaginate que ya no duermo una noche de corrido por mi vegija jaja
    Supongo que como madre primeriza voy a primero pensar en no dejarlo llorar ni 10 min y con el cansancio a cuestas aplicaré este método jaja
    Te mando muchos besos, siempre te leo, lástima que no tengo mucho tiempo de comentar pero te sigo...
    Si podés mandame la data del baby shower a maruvargas2000@yahoo.com.ar porque la flia ya empezó a hinchar con el tema y quiero hacer algo copado como el tuyo :)

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  4. Mai, mañana sale el mail sobre el baby shower!

    Ahora escribo más largo sobre Duérmete Niño, mejor.

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  5. Lei y comenté primero el post ultimo, pero no puedo dejar de decirte un par de coincidencias.
    Yo tampoco le puede dar teta a los mios y a veces me sentia re culpable leyendo esos blogs de libre demanda. Pero mi nene dormia, y el de mis amigas con teta free no. Yo tambien establecí rutinas y suspendimos las salidas nocturnas tal como lo explicas vos. Y también mi hijo tenia un muñeco (pepe, si si un sapo) y si no se lo contás a nadie, es el día de hoy que está por cumplir 9 que lo tiene para dormir...
    Mis hijos nunca se pasaron a mi cama, incluso hoy cuando estan enfermos que los quiero acostar conmigo, casi nunca se dejan. Dormir mal es una cosa que no se lo recomiendo a nadie. Y entiendo eprfectamente cuando decis que no te hablabas con tu marido, estar sin dormir no es sano para nadie. Bien por tu lucha y a seguirla cuando el niño ya hable y te llame a los llantos, porque hay una recaida cuando le sacas los barrotes, pero se puede volver al camino del bien.

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  6. Gracias Pink! (¿Es Lu, no?) Voy a volver a leer este comment cuando llegue la crisis de los no-barrotes. Gracias por el ánimo!

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  7. Me gusta el método, hace meses que duermo pésimo... la duda es... me funcionará tan bien aún cuando mi bebé ya tiene un año y medio? Te sigo leyendo... me tiene atrapada tu blog... Beso!

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