Mañanas de domingo (5?)

G hoy nos regaló una hora extra de sueño, despertándose a las 8:25!! am. Un capo. Nos quedamos un rato en la cama, él tomando su mamadera, nosotros durmiendo un poquito más. Después se despertó bien despertado, ya desayunado, listo para jugar. Así que decidimos empezar el día retomando el tema del desayuno dominguero. Queríamos ir a Havanna, y allá fuimos. Acá hay un Jumbo que tiene anexado un shopping, y a mí me parecía ridiculísimo el hecho de que tuvieran DOS Havannas a metros de distancia unos de otros. No me cerraba, era una exageración, ¿o no? Pero bueno, J quería Havanna y allá fuimos, al más grande de los dos. Lo cómico de la historia fue que después de sentarnos, que viniera la moza, nos trajera la carta, la leyéramos, y pidiéramos, J se dio cuenta de que mi indignación innecesaria (después de todo, qué me importa cuántos Havanna quieren tener???), además, era infundada: estábamos en Bonafide. Ahí todo comenzó a tener sentido: los colores del lugar, el uniforme de la moza, el hecho de que no hubiera un mísero alfajor a la vista. Así que ya ven, me hago la centrada y pies-sobre-la-Tierra, pero puedo ser muuuy colgada. Tanto que, además, me acordé de sacar la foto cuando ya íbamos por más de la mitad del desayuno! Mis más sinceras disculpas por mostrar fotos de comida a medio comer y bebidas a medio tomar!

Los dos nos pedimos submarinos, J con 3 medialunas (al momento de la foto, quedaba media), y yo, con un cuadrado de chocolate (al que le quedaba bastante porque no me gustó demasiado).

 El diario, interesantísimo.

Quiero pedir un aplauso de pie para G, que no sólo se durmió desde el auto hasta bien entrado el desayuno, sino que, una vez que se despertó, se quedó tranquilamente sentado en su carrito mirando la gente pasar mientras nosotros seguíamos comiendo y leyendo el diario. Como le dije a J, "En días como hoy, dame 3 docenas de hijos!"