viernes, 24 de junio de 2011

Lo de ayer fue joda...

...comparado con lo de hoy!

Sí, si bien hoy no vi sangre, no cosieron a mi hijo, no me pasé 3 horas en el hospital... hoy lo vi mal.
Con fiebre, caído, desganado, de mal humor, con sueño y sin poder dormir, fastidioso y sin poder decirme "mamá no ves todo lo que me está pasando? dejame de hinchar un poco las bolas y bancame un par de días así".
Ayer jugaba, se reía, trepaba a todo lo que podía. Hoy suspiraba, se tiraba arriba de cualquiera que encontraba hasta que me veía y quería venir conmigo, para seguir suspirando y quejándose. Hoy tuvo fiebre. Hoy no comió tanto. Hoy se le hinchó la nariz y se empezó a notar el tremendo moretón que le va a cubrir buena parte de su cara por un tiempo.

(Por favor saltéense el párrafo siguiente si, como a mí, les da un asco extremo todo el tema de los fluídos que salen involuntariamente de la boca de un bebé. Gracias)

Le están saliendo las dos paletas de arriba. No está bien de la panza, lo que se evidencia en su pañal. Además, vomitó cual Exorcista, una cantidad que nunca pensé podría salir de un bebé de ese tamaño. Mucho peor, también le salió por la nariz, esa que tiene los puntos y la herida todavía abierta. Tiene la cola toda paspada. El médico le notó los ganglios inflamados y la garganta colorada.

Fue uno de esos días que tacharía del calendario. Esos días que, por suerte, terminan. Que serán seguidos por días mejores, de eso no me cabe duda. Y si algo me queda de todo esto, es que hoy, camino al médico, con el bebé súper molesto y con fiebre, pensé "¿vale la pena todo esto?" Y ni tuve que pensar mucho para darme la respuesta. Sí, mil veces sí. Admito que hace un año mi vida era muchísimo más fácil, y que si una madre me hubiese contado algo como esto en ese momento, hubiese pensado "qué fiaca, tener que aguantar todo eso!". Y hubiese estado equivocada.

Estos dos últimos días, me sentí mala madre. Pero me sentí mucho más madre que nunca, y eso es lo más importante que me llevo para mí de todo esto.

4 comentarios:

  1. Dejate de hinchar Ann, ¿¿¿¿mala madre???? son cosas que pasan, los chicos se caen todo el tiempo, se enferman, vomitan, etc y ahi tenemos que estar nosotras, aguantando. Y si bien te querés morir, es tanta la recompesa que hasta te animas a reincidir (mirame a mi, sabés las veces que digo "quien me mandó!!). Respecto a los golpes, la peor caída de Lola fue a los dos años, se cayó de una silla mientras cenabamos y al rato como no la veía bien llamé a la ambulancia, el medico me ordéno un traslado al hospital y mientras ibamos en la ambulancia escucho que el muy forro llama por handy y dice "llevo a una nena con traumatismo de craneo y posible fractura" Te imaginarás como me pusé! Al final, no era nada. Ahora que me acuerdo tengo un post de eso, te dejo el link (http://elmundodememeylapupi.blogspot.com/2009/03/no-puedo-dejar-de-escribir-en-mi-blog.html)
    Espero que G esté mejor
    Besos

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  2. Memé, ya sé que es exagerado darme ese título por esta situación, pero es inevitable sentirse mal!
    Leí tu post, y lo comenté, pero por las dudas hago el mismo comentario acá:

    Te entiendo perfecto, qué feas estas situaciones... y qué mínimas son comparado a todo lo bueno que nos dan los chicos...
    Gracias por mandarme el link!

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  3. Uy Ann, recién hoy leo tus posts... Ayer Poroto estuvo con una mínima molestia y nada más de ver su carita de dolor se me partía el alma.
    No me imagino lo que les debe haber dolido todo este episodio.
    Pero como dice Memé, son cosas que pasan... No te enrosques y menos que menos te culpes.

    Besos a vos y a G.
    Y aplausos para J que se bancó semejante momento!

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  4. Aplauso de pie para el heroico caballero, sí sí!

    Viste esas caritas de dolor, o cuando están caídos y sólo quieren acurrucarse con vos... Muero.

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