"Ahora lo que les puedo decir es ¡MENOS MAL QUE NO ME CASÉ!" Ah, no, no soy Zaira. Yo sí me casé.

Vuelvo al blog, ahora como una mujer, madre y argentina que ahora, además, es la señora esposa de alguien. Mentira, J sabe que usar la palabra esposa es causal de divorcio. Pero soy su mujer, y él mi marido, y ya no me tengo que andar desdiciendo y aclarando innecesariamente cuando hablo de él. “Mi novio, bah, mi marido, bah, en realidad no nos casamos pero como vivimos juntos hace 3 años y tenemos un hijo…” No more. Es mi marido, y me dan ganas de mostrarle a la cámara la libreta de familia como Vanucci mostraba la alianza cuando se casó con el Ogro Fabbiani.

Bueno, pero paren. Es el anochecer de un fin de semana agitado y yo necesito dormir, porque se viene encima una semana complicada que algunos conocerán como el resto de mi vida. Así que, si bien me encantaría hacer un relato pormenorizado de todo lo que sucedió desde el viernes a las 10 am hasta hace un rato, tendremos que conformarnos con algunas fotos y comentarios sueltos y probablemente desorganizados. Ahí van:

*Nos habían asegurado que el Civil se atrasaba sí o sí, porque éramos unos de los últimos turnos, y siempre pasa. Por lo tanto yo, que generalmente soy muy puntual, estaba muy cómoda en mi casa, mientras mis amigas M y M me peinaban y maquillaban, la otra M cuidaba a Genaro, y J miraba un partido de fútbol. A las 11, hora de nuestro turno, me llama mi papá para contarme que en 15 minutos me tenía que casar, porque acababan de entrar los del turno anterior. Genial. Carrera contra reloj, tuvimos 0 minutos de espera en la puerta del Registro Civil, y hasta hubo gente que llegó tarde. La ceremonia, o como se que se llame, estuvo muy bien, muy correcta, esperable. Me gustó, pero no me emocionó particularmente; será que para nosotros todo el tema del casamiento realmente era la firma de un libro gordo y grandote, no sé. Me sorprendió darme vuelta cuando terminó todo y ver a madre, suegra, amigas, hermana y tías llorando.

Alianzas

Firmas

Arroz, J protegiendo a G, pobre.

*Del Registro Civil nos fuimos a la casa de mi suegra, donde hicimos lo que mejor sabemos hacer: comimos. Y tomamos, pero no tanto. El día estaba muy lindo, así que nos fuimos afuera, al solcito. A las 5 de la tarde, la carroza se convirtió en calabaza, Cenicienta se sacó el vestido y se puso la calza y las zapatillas, y nos fuimos a preparar el salón, que no era otro que el comedor del colegio donde trabajo. Sé que no es lo más habitual que los novios estén a cargo de la decoración del salón, pero esa tarde de trabajo con mi familia y amigos me encantó. Movimos mesas, escondimos bancos, pusimos manteles y centros de mesa, dispusimos la mesa dulce, guardamos tortas y bebidas, armamos la mesa de golosinas. Todo eso es más o menos 2 hs, pero después J, mi amiga T con el novio y yo nos tuvimos que quedar hasta las 22:30 en el colegio esperando al tipo que venía a traer las copas. Era el cumpleaños real de Geno, por lo que sufríamos por no estar con él. Creo que esa espera ridícula fue lo único malo que pasó el viernes.

Les presento a mi marido

*El sábado Genaro durmió un poco más de lo habitual, por lo que llegamos al colegio un poco más tarde. M me peinó al aire libre y contrarreloj, y la otra M tuvo que hacer lo mismo con el maquillaje, que ni siquiera llegó a terminar, porque se hacía tarde para ir a la Iglesia. Como todavía faltaban cosas y ellas no se habían cambiado, me ofrecieron quedarse a terminar mientras se hacía el bautismo. Yo les acepté la propuesta enseguida, porque estaba convencida de que el Bautismo era una formalidad mucho mayor aún que la del Civil. Grave error. Vaya a saber por qué, o quizás no es tan difícil encontrar la respuesta, todo el temita del Bautismo me emocionó muchísimo. Creo que ayudó el hecho de que estuviéramos solos, que el Padre haya hablado todo el tiempo de Genaro y de nosotros, ya que es amigo de la familia, y que el broche de oro fue la bendición de nuestras alianzas. Pero de verdad, me gustó toda la ceremonia, el simbolismo, el clima íntimo y sobre todo, la alzada en brazos cual Simba en el Rey León. Cuestión, que en cuanto dejé la Iglesia me di cuenta de la boludez que había hecho al aceptar que mis amigas se quedaran afuera de eso que fue tan lindo, especialmente T, que es tan católica. Pero ya está. Es mi gran arrepentimiento, pero no puedo hacer nada para remediarlo.

Fachero

Bendición de alianzas

*Sobre la fiesta, quiero ser breve. Voy a contar que el día estuvo espectacular, que me gustó cómo quedó el jardín con los juegos de livings que alquilamos, que me quedé más que conforme con la humilde decoración que imaginé y robé de Pinterest y que mis amigas me ayudaron a hacer realidad, que hubo baile pero no es algo que a mí me interese particularmente, que hubo ceremonia pagana donde hablaron todas las personas que más queremos, que me emborraché y me peleé con los amigos de J, tal como lo tenía previsto, y que fui feliz. Una fiesta a nuestra medida. Hecha a pulmón pero llena de amor, por donde la mires, salvo si justo se te da por mirarla desde los pelotuamigos. Así que dejen de mirarla por ahí y vuelvan a enfocarse en los demás, gracias.

Hicimos una ceremonia pagana. Nos armaron una especie de ¿altar? donde fueron pasando todos los que nos quisieron hablar sobre el matrimonio o sobre nosotros, y terminamos con nuestros pequeños discursos de amor y agradecimiento.

Hicimos una "ceremonia de las arenas", que encontró mi mamá investigando sobre el tema. Muy simbólica y linda.

J me puso el cintillo que era de mi bisabuela y heredé por ser la mayor de mis hermanas, y la primera en casarse.

Un día espectacular, hasta de calor. 

Juegos pensados por mi padre, Mr Lúdico

C, mi hermana y madrina de G, le hizo el mejor regalo de su vida: una smash cake, para que descubriera sin inhibiciones la maravilla que es el chocolate. Fue uno de los mejores momentos de la tarde, lejos.

Souvenirs: pizarra magnética, con imanes y foto de cada invitado. Hechos por mi abuela.

Un poco de baile...

G recibiendo el amor de sus primos, mientras jugaban con los juguetes de la plaza blanda que alquilamos.

La entrada: picada a cargo de mi familia política, que se excusó diciendo que iba a ser "sencilla, casera". Se fueron al mismísimo carajo.

Pinteresteando 1: caritas de G con gorritos de cumple.

Pinteresteando 2: Cupcake towers. Hice 2, with a lot of help from my friends.

Las benditas lámparas vieron la luz!!

Pinwheels en el telón, ya que el comedor es también salón de actos, y tiene escenario.

La mesa dulce, incompleta.

Un aljibe que tuneamos, que también servía de fondo en la ceremonia.

*Hoy pensé en dos cosas con respecto al mundo Blogger. Primero, un comentario que creo que fue de Lola, que hablaba de cierto síndrome de la novia, que le pone tanta energía y libido a la fiesta, que al otro día siente un vacío tremendo, como un “¿y ahora en qué ocupo mi tiempo?” No me pasó. Me pasó algo parecido a lo que sentí el día que nació G. “Todo este día espectacular, tan lleno de amor y de emociones, tan irrepetible… ¿y encima como souvenir me puedo llevar este bebé para que sea parte de mi vida para siempre??” Esta vez, en vez de bebé me llevo esta alianza, esta sensación de orgullo por ser la mujer de J, esta felicidad de saber que listo, ya está, cumplimos con nosotros, con G y con todos los que nos querían ver casados. Ahora sí que no nos falta nada de nada. Interrumpimos la transmisión de nuestra vida cotidiana para armar esta fiesta, que recontra valió la pena, y ahora retomamos nuestra vida. Mejor imposible.

La otra cosa que pensé, fue un post de ExSeñoM, que se casó también hace poco, y también teniendo un hijo, y dijo que lo único que realmente importaba era tener gente alrededor que te hiciera el aguante. En ese momento necesitaba otra cosa, más datos, más información, algún tip. Ahora entiendo todo. Ayer sentí el amor casi te diría que como una presencia física. La cantidad de gente que estuvo ahí para nosotros, antes, durante y después, no se compara con nada. No me lo voy a olvidar jamás en mi vida. No me entraba en el cuerpo tanta gratitud, y no sé si habré hecho lo suficiente por demostrarla. Lo dije en la ceremonia, y lo vuelvo a escribir acá. Yo soy consciente de que haber hecho esta fiesta de la nada y con un mes y medio de preaviso fue una locura mía, casi un capricho, yo sé que no tenía plata para hacer la fiesta que hice y sé que se me fue de las manos. Sé que fueron los demás los que la hicieron posible, los que se la cargaron al hombro y me regalaron este día espectacular. Lo repito, fui feliz, soy feliz, y no tengo media duda de que voy a seguir siéndolo.

Mis viejos y mis hermanas. Always and forever.

Mis amigas. No les puedo explicar.

Terminamos la noche abriendo dos champagnes para agradecer enormemente a los que seguían ahí, 12 horas después, todavía trabajando y con la mejor onda del mundo. Overwhelming.

*Para esta semana, mi gran objetivo es volver a encontrar el piso del living, que está sepultado bajo una montaña de regalos para G, que ya está pensando seriamente en abrir una guardería, con todos los juguetes que tiene de la noche a la mañana. Después, organizar un poco también las 248 bolsas de ropa para G, ver qué se queda y qué hay que cambiar, y después, ohmygod nopuedocreerestardiciendoesto, empezar a pensar en NY.