El jueves
fue Thanksgiving, y yo, tarde pero seguro, quiero compartir con quienes tengan
ganas de leerme, los motivos que tengo para dar gracias todos los días, a
cualquier hora, a la vida, por darme tantas cosas que no sé si merezco.
Primero y
principal, estoy profunda, fundamentalmente agradecida por G. Ahora que está
más grande, que da abrazos, que juega y se ríe y es él el que se esconde atrás
de la cortina para sorprenderme a mí, es que empiezo a caer en la cuenta de la
maravilla que hicimos con J, cuando no teníamos demasiada idea de en qué nos
estábamos metiendo. Agradezco que sea bueno, que duerma bien, que sea valiente
frente al dolor (lo digo porque ayer le picó una abeja en el pie y el
‘escándalo’ duró 4 minutos), que tenga una risa tan contagiosa y sea tan
generoso para regalarla, que esté cada vez más independiente y dispuesto a
pasar ratos solo jugando, que coma de todo y tan bien, y, por supuesto, que
siga sano y fuerte.
Siguiendo
con la línea lógica, soy conciente de lo afortunada que soy de tenerlo a J
conmigo, de haber encontrado un hombre que es tan compañero, tan disponible en
todo sentido, tan pero tan bueno. Siempre digo que el sentido que tuvo en mi
vida ese primer novio tan nocivo, fue hacerme ver, para después recordar, cuán
malas pueden ser las relaciones. Para valorar cada vez que J me dice “Sí, dale,
hagámoslo” sin cuestionamientos, cada vez que me banca en cada una de mis
locuras, cada vez que me agradece por cocinarle cualquier cosa salida del
freezer, cada vez que me dice que estoy linda. Que este tipo haya querido
casarse conmigo, tener un hijo conmigo, no me entra en la cabeza. No quiero
aburrirlas hablando de J, podría dedicarle un libro, pero no creo que haya
mucho público interesado.
Abriendo un
poco el círculo, este año para mí terminó de cerrar mi infinito agradecimiento
hacia mi mamá, que empezó el día que nació G. Pienso cuánto más difícil sería
todo si ella no estuviera para cuidarlo todas las mañanas mientras yo trabajo,
pienso cuánto me costaría dejarlo en cualquier otro lado, pienso cuánto
sacrifica ella de su tiempo, de su dinero, de su bienestar, para dedicarle la
vida a su nieto, como en su momento lo hizo con sus hijas. Pienso cuánta suerte
tengo de tener papás tan jóvenes (48 y 51), que pueden disfrutar a G todo lo
que quieren, que pueden sacarlo a pasear o cuidarlo en su casa, tanto porque se
los pido como porque quieren compartir tiempo con él.
También sé
que tengo mucha suerte en cuanto a la familia política que el destino me
adjudicó, especialmente en lo que se refiere a mi suegra, que es a la que más
veo. Escucho historias de mis amigas que, también, me sirven para recordar que
esto que tengo no es lo más común, que no todo el mundo tiene esta fortuna de
tener una suegra que quiere muchísimo a su hijo, pero lo quiere tan bien que no
ve a su nuera como competencia, sino como compañera, como hija anexada.
Estoy
agradecida de tener a mis hermanas y a mis amigas cerca, de que estén
dispuestas a jugar con G y a quererlo y a bañarlo y tenerle paciencia infinita,
pero también estén dispuestas a verme como amiga, como par, a salir a comer o a
bailar o a tomar.
Y obvio, no
puedo dejar de agradecerle a la vida el hecho de que a mis 27 años, todavía
tengo a 3 de mis abuelos, una abuela cerca y los papás de mi mamá en Punta Alta
(cerca de Bahía Blanca), que me van a dar alojamiento en las vacaciones súper
gasoleras que planifiqué para este verano. Admiro tanto a mis abuelas, por sus
ganas, por su vitalidad, por su determinación de seguir viviendo y aprendiendo
y andando camino.
No me puedo
olvidar que este fue el año del casamiento, el cual fue hecho casi
exclusivamente con amor, con mínimos recursos materiales, pero con recursos
humanos incalculables. Esa fiesta, ese día, se las debo a todas estas personas
que nombré hasta acá.
¿Qué más
hace que yo me considere afortunada? Casi todo, la verdad. Me siento una
privilegiada por casi todas las cosas que tengo, aunque muchos tengan mucho más.
Tiendo a pensar, en estos casos, en cuánta gente no tiene muchas de estas
cosas, y eso hace que me dé cuenta de que lo que tengo es, sin lugar a dudas,
suficiente. A veces, más que eso. Y sí, confieso que el hecho de no medir mis
tesoros según la plata o las cosas materiales ayuda muchísimo en esto. Si me
pongo a pensar en el tamaño de mi casa, o en el modelo de los autos, por
supuesto que podría pedir más. Pero ¿ven? No pienso en eso, prefiero enfocarme
en el hecho de que tenemos casa semi-propia, y la suerte de tener 2 autos, que,
aunque viejitos, nos dan independencia y una comodidad que no tanta gente
tiene. Y todo así. No pienso en cuánto más podría estar ganando; agradezco a la
vida el hecho de haber encontrado un trabajo que me llena de satisfacciones
diarias, e incluso me permite volver a casa a estar con mi hijo desde el mediodía.
No me interesa pensar que hay gente que tiene miles de amigos, soy feliz
sabiendo que las pocas amigas que tengo, son las mejores.
Me gusta
agradecer, sentirme agradecida. Me gusta detenerme todos los días, o casi, a
reflexionar sobre esto. Me encanta sentirme, de repente, sorprendida por todo
lo que tengo; me gustan esos momentos donde mi mente se distrae y vuela, y,
cuando vuelve, se encuentra con un hijo divino, con un marido inmejorable, en
una casa chiquita pero llena de amor. A veces no entiendo cómo todo salió tan
bien, cuando hace 5 años mi vida auguraba un futuro tan gris, tan triste, con
tanto sufrimiento diario, que prometía no tener fin. No sé si fue la suerte, el
destino, si hice algo para que pasara, si simplemente me tocaba. O será que en
realidad mi vida no es tan genial como yo creo, pero es mi punto de vista, el
que la pinta así. Quizás –seguramente- ninguna de ustedes cambiaría su vida por
la mía, y eso es lo que más les deseo, que estén tan enamoradas de sus vidas
como yo de la mía, que no la cambien por nada, y que estén convencidas de que
tienen todo lo que necesitan, y si no es así, salgan a hacer lo posible por
conseguirlo.
Más que
Halloween, me gustaría tener Thanksgiving acá. Le sacaría el pavo, le dejaría
el sentimiento de gratitud y –lo confieso-, reforzaría el Black Friday, que es
el día posterior, donde hay una locura de ofertas y descuentos por todos lados!
¿Ustedes
comparten?
Clap clap clap.
ResponderEliminarLa verdad, que me saco el sombrero.
Es TAN lindo tener la virtud de saber valorar lo que uno tiene en la vida... Y vos la tenes, y la demostras con este post TAN lindo!
Me senti muy identificada con tu relato! Se ve que tenemos muchas cosas en comun!
Besos y buena semana Mrs. Ann!
Ann, estoy segura que todo esto que estás agradeciendo lo tenés porque hacés las cosas bien.
ResponderEliminarY sí, comparto con vos la gratitud hacia todo lo valioso que tengo en mi vida.
Besos!
Ann... importaría este festejo con todo gusto!! hay que ser agradecidos por lo que la vida nos da!!! Justo comenté algo parecido en otro blog...
ResponderEliminarTe mando un abrazo y yo también agradezco todo lo que tengo... incluyéndolas a uds mis amigas del blog!!!
Beso
Moni
Pah estoy de acuerdo, y casi casi hago un post como este pero no tuve tiempo. A mi me encantaríaa ener yhanxgivin, es genial. Bwue me voy porque no puedo escribir en el ipas...
ResponderEliminarClaro que sí, veo que sos como yo: the glass half full :)
ResponderEliminarAnn..qué hermosa entrada!
ResponderEliminarSoy muy parecida a vos, al menos desde tu relato. Ser agradecida, mirar lo que hay, eso.
me quedo con este pàrrafo de la canciòn de Mercedes Sosa:
ResponderEliminar"Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado la risa y me ha dado el llanto
asì yo distingo dicha de quebranto
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos que es mi propio canto!"
Si vos no hubieras tenido la experiencia de ese ex negativo... quizas no valorarias tanto tu relacion con J.
Està bien ser agradecidos y ponerse a pensar en la fortuna que tenemos y no en las cosas que nos faltan.
No sabes la suerte que tenés de tener tu casa (asi sea chiquita) y no tener que pagar alquiler todos los meses!
Un beso grande y hermoso post.
Qué bueno saber que somos muchas las que pensamos igual!
ResponderEliminarY sí, como dijo eli, el vaso siempre lleno! :)
Besos a todas!
Uffff tengo una amiga llena de amor!!!! y que ahora con el pasar de los años puede hacerlo sentir a todo el que este dispuesto a mirarla, a escucharla y tambien a leerla. no hace falta que te cuente que termino de escribir con los ojos mojados, gracias por hacerme testigo de tus cambios y tus logros.
ResponderEliminarJustamente hace un rato pensaba que fue tu familia la que me enseñó a agradecer, a hacer un balance...Gracias amiga por crecer juntas!!
Una de tus M
Mai