Remember me?

Soy la joven madre que hace menos de un mes tenía tiempo para escribir blogs, dormir siestas, mirar alguna serie, ir a encuentros bloggers, sacar la cabeza del termo. ¿Se acuerdan? Qué amorosa era esa chica. A veces la extraño.

Ojo, por favor no confundan esto con una queja. Nada más lejos de mí. Pero la vida me cambió, cuando a mí se me ocurrió cambiar mi vida.

Por empezar, lo obvio: estoy agotada. Pero estoy contenta, y con la esperanza puesta en que "llevará un tiempo volver a adaptarme al doble turno", como para no pensar en que este cansancio crónico se hará carne en mí.

Sigamos por lo que todos creíamos que sería obvio y fácil pero no lo es tanto: la adaptación de Geno al jardín. La verdad, a mí me sorprendió ver cómo llora en cuanto salimos -mi hermana o yo- de la salita. Claro, es que uno lo ve siempre tan dado, tan sociable... pero siempre hay familia alrededor! Esta es la primera experiencia con 'extraños' y es lógico que cueste. Es hasta bueno, en cierto punto, porque tampoco queremos un sobreadaptado en la familia. Bueno, no queremos *otro*, porque a quien suscribe no la podemos tildar muy de rebelde que digamos...

Por el momento, seguimos en carrera. Hay avances, está empezando a tolerar la ausencia, a intentar amigarse con la idea de que oscuridad + música tranqui implica dormir la siesta, y no ensayar pasos de break dance. De a poco.

Por mí parte, me agarró un ataque de hijitis que nunca en la vida. Sí, es fácil ver que la raíz probablemente esté en la culpa materna, pero por primera vez la culpa se está copando y causa algo copado, porque yo disfruto de mis horas de juego con Geno como nunca. Tiro el BlackBerry por ahí, dejo la compu en su estuche, y me tiro en su cuarto a mirarlo jugar, a participar cuando él lo dispone. Quizás este aumento del "quality time" no ayuda demasiado a la hora de la adaptación en el jardín, pero es lo que me sale hacer, lo que quiero y lo que necesito en este momento. Y los dos estamos felices así.

Con respecto a los coles, hay dos situaciones antagónicas. En el de la mañana, que es donde tengo los chicos ENORMES de 5th grade, me sentí como Julia Roberts en La sonrisa de Mona Lisa. No sé si la vieron, pero ella es una profesora de arte que va a dar clases a una universidad de mujeres. En la primera lección, ella prepara un montón de diapositivas de cuadros para explicarles, pero resulta que todas las alumnas conocían todas las obras porque habían leído la bibliografía completa. Unas grosas, y ella se va preocupada y humillada.

Pues bien, estos pibitos saben TODO. Por empezar, nadie me habla en castellano. Nadie, nunca, ni una palabra. Al punto en que más de una vez me encontré hablándole a Geno en inglés, sólo por costumbre. Hasta entre ellos, se pelean en inglés! Capos. Y en cuanto a los contenidos, les empecé dando Egypt, y sabían todo! No sólo eso, sino que hicieron preguntas inteligentes y pertinentes, debatieron, sacaron conclusiones... Me quedé helada. Qué gran desafío, y cuánto me gusta.

El cole de la tarde... nada que ver con el anterior. Las 18 nenitas que me tocaron en suerte no comprenden el concepto del inglés como idioma que se habla, que se utiliza para comunicarse. Para ellas, español o muerte. Imaginen qué lento y tedioso será el proceso de convencerlas de lo contrario...

Los colegios en sí, van bien los dos. Con el de la mañana tengo medio un crush; todo me parece bien, armonioso, apropiado. Tener el cañón ahí arriba me causa mariposas en la panza de felicidad. Y el nivel de inglés de los chicos también, claro.

En fin, amigas, vine a hacer un update de mi vida, sólo para que don Blogger no me denuncie por abandono, pero las horas de sueño ya no se negocian, se está haciendo tarde y para funcionar hasta mañana a las 4 pm, I need my beauty sleep.

PD: Mi marido sigue siendo lo mejor del mundo; me banca en todo siempre, y no le puedo pedir a la vida nada más.

PD2: Mi mamá también es lo más.